Por guerra fría se entiende una situación de tensión continua, que emerge de la inmediata posguerra, y que
va a enfrentar, en primer lugar, a las dos superpotencias (Estados Unidos-URSS), para extenderse después a los dos bloques de países
liderados por ellas.
Aunque era un estado de tensión permanente se evitó el choque directo y una guerra general
(que podía acabar con la humanidad dado el poder destructivo de las armas), de forma que los casos de tensión
extrema se resolvieron por medio de conflictos localizados en terceros países, donde las superpotencias
intervinieron para evitar la expansión del contrario. Ambas potencias desarrollaron enormes arsenales de
armamento y recurrieron a la propaganda hostil, al espionaje y al chantaje económico.
Los comienzos de la guerra podemos establecerla desde la Conferencia de Yalta donde no dejaron de aumentar
los puntos de fricción entre Estados Unidos y la URSS, pero tres
hechos fueron los que provocaron fundamentalmente la reacción
norteamericana del 47:
- la llamada doctrina Truman: la instalación de gobiernos comunistas en las naciones europeas ocupadas por el ejército soviético.
- La fuerza y el prestigio de los partidos comunistas en países como Francia o Italia (que podían actuar como peones de Moscú).
- Y la cuestión griega, donde la URSS, a través de Bulgaria, prestaba apoyo a los partisanos comunistas enfrentados a los grupos monárquicos que, a su vez, recibían apoyo de Gran Bretaña.
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